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Les associations des voisins à débat. Asociaciones de Vecinos a Debate
25 mars 2012 par Alejandro

Passé, présente et future des associations des voisins. Pasado, presente y futuro de las asociaciones de vecinos.

En nuestra búsqueda de actividades relacionadas con el derecho a la ciudad, decidimos asistir Mariana (una estudiante de arquitectura que conocimos en la red Arquitecturas Colectivas), Blete y Ale, a una interesante mesa redonda acerca de la historia de los movimientos vecinales en Sevilla, celebrada en la Asociación de Vecinos “El Triángulo”, en el sevillano barrio de El Fontanal.

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Para la mesa se ha convocado, inteligentemente, a Paco Legrán, de la Asociación de Vecinos “El Triángulo”, Jesús Moreno, de la Coordinadora de vecinos “La FEA” (Federación de Entidades de Alcosa), y a Soraya Salas, de la Asociación de Vecinos “La Revuelta” (zona norte del Casco Histórico), como tres personas que pueden representar el pasado, presente y futuro de las asociaciones de vecinos.

Paco nos habló de los inicios del movimiento vecinal en Sevilla, en unos años 60 y 70 en los que ante la dura represión del régimen franquista las asociaciones de vecinos se reivindicaban como lugar para “reunirse, hablar, y hacer cultura”. Ante la carestía generada en los 20 años anteriores de autarquía, las ciudades empiezan a crecer a gran velocidad por el fenómeno migratorio campo-ciudad, y los nuevos barrios en que se aloja la nueva población tienen notables carencias de equipamientos (centros de salud, escuelas), y acondicionamiento del espacio público (alumbrado, pavimentación). Las reivindicaciones para conseguir esos servicios públicos se iban asociando, irremediablemente, a las reivindicaciones de libertad, y democracia.

Los primeros movimientos organizados giraban en torno a las estructuras “permitidas” por el régimen, como fueron inicialmente las iglesias y parroquias de barrio, las comunidades de propietarios, o las asociaciones de cabezas de familia. El primer estatuto de lo que sería la Confederación de Asociaciones de Vecinos se gestó en el domicilio de un empresario sevillano que resultaba “poco sospechoso” a ojos del poder. Poco a poco, se avanza en la legalización de las asociaciones de vecinos : A nivel nacional, Madrid y Barcelona son las primeras ciudades en conseguir una Carta Especial que las legitima. En Sevilla el proceso comienza con la creación de la primera Junta Municipal de Distrito, en la zona de Cerro del Águila-Rochelambert (Distrito 7). El miedo se iba venciendo conforme se constataba que las concentraciones, cada vez más masivas, sorprendentemente no encontraban respuesta en forma de detenciones. Paco cuenta cómo esta lucha urbana, considerada complementaria de las luchas obrera y estudiantil, iba gestando lo que él consideraba una “escuela de democracia”. Las asociaciones de vecinos son legalizadas en los primeros años de transición (1977-78), después de que lo fueran los partidos políticos y los sindicatos. Sin embargo, mientras la necesidad y oportunidad de partidos, sindicatos y otros tipo de de colectivos ciudadanos se veía reflejada en la Constitución de 1978, las asociaciones de vecinos no son citadas en la Carta Magna.

En las primeras elecciones municipales democráticas de 1979, una gran cantidad de líderes vecinales son elegidos alcaldes y concejales. Es en ese momento en el que muchas personas consideran que las asociaciones de vecinos ya habían llegado al poder, por lo que no era necesario que éstas siguieran en primera línea. Se produjo, según Paco, un “llamamiento a la calma” que, en su opinión, produjo un descabezamiento definitivo del movimiento vecinal, que si bien fue el más corto de los movimientos sociales de la transición, era el que mejor representaba a la democracia directa, o lo que hoy se viene llamando en España la “democracia real”.

El momento histórico coincide con el del auge de las denominadas “asociaciones de consumidores”, así como de distintos tipos de movimientos que sí encuentran consideración en el panorama político. La decadencia de este movimiento vecinal se debió a una falta de voluntad política y a la solución de algunos de los problemas que propiciaron su nacimiento, pero también al hecho de que al poder le conviniera fomentar un asociacionismo “parcelado”, frente a un modelo de movimiento asambleario de naturaleza integral.

Paco concluye diciendo que el movimiento vecinal de la transición democrática, aunque “no tan espontáneo como el 15-M”, supuso un vehículo para fomentar la libertad de pensamiento sobre el “pensamiento único”, una meta que él considera más allá de la extendida defensa de la libertad de expresión.

Jesús en cambio nos habla de un panorama actual en el que llega a afirmar que las asociaciones de vecinos “han muerto”, junto a otros movimientos sociales, desde el momento en que se considera que “se ha conseguido la democracia”. Durante los años 90 van llegando las infraestructuras a los barrios periféricos al tiempo que va disminuyendo el número de personas que se moviliza por sus barrios, y en las asociaciones de vecinos triunfa el acomodamiento y el “clientelismo”. En algunos casos llegan a constituirse como la voz del partido gobernante en los barrios. Esto es lo que motivó la creación de la coordinadora de vecinos “La FEA”, que pretende impulsar el retorno del papel reivindicativo del movimiento vecinal al barrio de Alcosa.

La corrupción llega a unos niveles alarmantes, según relata Jesús, dedicando la Administración mayores o menores esfuerzos y presupuestos a los diferentes barrios según la junta directiva de su asociación de vecinos estuviera o no a favor del equipo de gobierno del Ayuntamiento. Se han tenido noticias de “subvenciones fantasma” (para actividades que no llegaban a realizarse), e incluso de personas a las que “pagaban por quitar los carteles” que llamaban a la movilización en el barrio. Una actitud que Jesús no dudaba en tildar de “mafias”.

Para él, lo que habían sido “escuelas de democracia” habían pasado a ser “escuelas de control y manipulación de los vecinos”, con oradores de barrio como líderes que se acaban corrompiendo. Es por tanto la suya una visión desde el presente y mucho más pesimista sobre la realidad de las asociaciones de vecinos.

Las asociaciones de vecinos deben investigar sobre las necesidades del barrio, informar a los vecinos e intentar movilizarlos para reivindicar las mejoras necesarias. La determinación de Jesús ha sido no participar nunca de ninguna, sino trabajar por su entorno desde otro tipo de asociaciones, juveniles, o ecologistas, para conseguir mejoras en el espacio público. Coincidía con algunos de los asistentes en que la estructura del movimiento vecinal existe, pero no es posible utilizarla por estar controlada desde otros poderes.

El contrapunto a esta visión nos la da Soraya, que nos cuenta cómo la zona del casco norte de Sevilla históricamente se ha caracterizado por unas asociaciones de vecinos de corte muy conservador, contrastando con un tejido asociativo fuerte. En ese contexto se creó, hace escasos 3 años, la Asociación de Vecinos “La Revuelta”. Su apuesta de futuro consiste en rejuvenecer el trabajo ejercido por la generación de Paco : Volver a ejercer la democracia real sobre los barrios. Su postura abarca los nuevos retos, contemplar y adaptarse a las diferencias de los sectores de población (mujeres, migrantes, niños), y colaborar en la inclusión de las personas con menor cultura asociativa a través de pequeñas tareas para la comunidad que vayan reforzando su espíritu colectivo.

Para ello, en esta joven asociación basa su enfoque en determinados principios : de un lado, en la creatividad como forma de autosuficiencia. Más ideas, menos gasto ; de otro, en servir de voz a todos los vecinos, los que forman parte de la asociación, y los que no ; también en buscar que las luchas aisladas se encuentren y se conecten, en red. Para ello es importante la presencia en las redes sociales, la mejor prueba de ello es la actividad del blog “La Mirada Revoltosa” http://lamiradarevoltosa.blogspot.com/ ; y por último, en buscar la unidad entre distintas personas y colectivos a partir de actuaciones concretas y prácticas.

El trabajo en red a través de Plataformas (por ejemplo, Barrios en Lucha) acaba siendo complicado por la multiplicación de reuniones y la duplicidad de la información. Del movimiento 15-M emana un nuevo modelo de “red flexible” : En acciones concretas, como una movilización por la movilidad sostenible en el centro de la ciudad, se unen los intereses e inquietudes de la asociación de vecinos, las comisiones del 15-M, y las asociaciones de madres y padres de los colegios del centro.




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